viernes, 15 de febrero de 2013

Superseguridad



Vivimos en una época en la que la palabra seguridad se ha vuelto indispensablemente importante. Constantemente escuchamos y vemos referencias relacionadas con la seguridad. Normas de seguridad, reglas de seguridad y manuales de seguridad. Papá conduce un coche 5 estrellas Euroncap y mamá tiene un seguro médico de la empresa, seguridad. Los niños van bien sujetos al asiento del coche con el sistema ISOFIX y revisas las referencias de la canguro, seguridad. No dejas a tus hijos solos en la bañera, ni los dejas jugar con los cuchillos de la cocina, seguridad. Acompañas a los pequeños al colegio y les enseñas educación vial, seguridad. Tu hijo dormía en el Moisés y corriste a comprar una barandilla anticaídas para la cama, seguridad. Cuando vas en el metro te pones el bolso entre las piernas y revisas la puerta de casa antes de acostarte, seguridad. En los eventos, en los transportes, en televisión, seguridad.


Entoces, ¿Porqué en muchísimos hogares la seguridad en el ámbito #3.0, comienza y termina con la instalación de un antivirus? No lo digo yo, lo dicen las estadísticas. Los ciberataques van en aumento. Cada dia somos testigos de la proliferación de casos de Ciberacoso, Grooming(aunque muchas personas no lo reconozcan por este nombre), Sexting y demás ciberdelitos dirigidos a menores. Como hemos comprobado con anterioridad, a todos estos ciberdelitos clásicos ahora además; hemos de añadirle la acentuación del machismo aprovechando las capacidades de las nuevas tecnologías y el peligro de la normalización del maltrato como una forma de relación válida entre los menores. Son evidencias de unas carencias educativas importantes. Esto es una bomba de relojería en manos de un niño o en manos de una niña. Delante de toda esta perspectiva es descabellado pensar en dejar aventurarse solo a un menor en la jungla que representa el mundo de la web y sus redes sociales.



No basta con un antivirus, es evidente. Para un adulto el primer consejo que se le puede dar al comenzar su andadura por Internet, es que en caso de duda; abogue por su sentido común. Para un menor el sentido común es el filtro que debemos aportar nosotros como padres en su comienzo de la navegación digital. Los menores carecen de la experiencia de vida necesaria para enfrentarse a un entorno, que en muchas ocasiones resulta muy agresivo. No pienso dejar solo a mi hijo en el comienzo de su aprendizaje en Internet y sus redes sociales. Más vale ir un paso por delante que un paso por detrás.

¿Os acordáis del tren del Oeste? Más vale estar en la estación cinco minutos antes de que llegue el tren de Internet, por si acaso.

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