sábado, 15 de junio de 2013

El viento de los sueños.

Leemos un cuento?

Era una noche como cualquier otra noche de lluvia. Silencio, oscuridad y el sonido del agua viva cayendo y abriendo pequeños ríos en el suelo. No notaba nada especial en el ambiente. Nada me hacía presuponer que iba a ser testigo de un hecho insólito y excepcional.

Alguna vez os habéis fijado en que en las noches de lluvia los caracoles suben al lugar más alto que tienen a su alrededor? No? Fijaos. Queréis que os explique porqué? Pues bien, retomando el punto de inicio de esta historia, esa noche me encontraba en el patio trasero de casa, de madrugada, cuando observé a una gran cantidad de caracoles que poco a poco subían buscando un lugar elevado, en un muro, en los árboles y en los arbustos. En las paredes de casa se daba cita una auténtica maratón en busca de la chimenea.


Noto una sensación extraña en los oídos, un zumbido, un rumor. Acerco la oreja a la pared y esto es lo que escucho:

-         Tonto el último!-
-         Babo, eres un pesado. Siempre haces la misma broma-

La cena me ha sentado mal, no puede ser. Y acerco de nuevo la oreja a la pared:

-         Yo seré pesado, pero llego el primero y cogeré el mejor sitio.
-         Guárdame un sitio a tu lado!
-         No decías que era muy pesado, jajaj-

La primera intención fue salir corriendo en busca del teléfono móvil para grabar aquello que estaba pasando, fuese lo que fuese. Pero me senté en una de las sillas y me limité a observar y a escuchar:

-         Venga, rápido, que ya está aquí!- Anunciaba el primero de los caracoles que alcanzó la cima de la tapia.

¿Qué era lo que estaba aquí? Pues era ni más ni menos, el viento de los sueños. Un aire que los recogió uno por uno y se los llevó envueltos en una espiral de vapor, sonidos muy suaves y colores brillantes. Una espiral que le dio a cada caracol una nueva forma y vida según los sueños que habían acumulado a lo largo de su vida. Hubieron que se transformaron en caballos, otros en gatos, algunos en fieras salvajes. Algunos pocos incluso se transformaron en peces y pájaros, pequeños, medianos y grandes.

Al igual que salen disparadas las chispas de un castillo de fuegos artificiales, cada ser salió disparado en una dirección y la espiral, los caracoles y los animales desaparecieron.


Me levanté de mi silla y me fuí a la cama pensando:

"Cuidado con lo que sueñas por que alguna noche de lluvia quizás te toque el viento de los caracoles".




domingo, 2 de junio de 2013

Un ciclón de contenidos. Textos, fotos y videos.


El teatro se evapora y con él, el extraño lobo-presentador. 

Nuestro guía nos tranquiliza y nos informa que a partir de ese momento disponemos de todo el día libre para visitar el planeta de los Smartphones a nuestro aire. No lo acabo de entender, pero sus razones tendrán para dejarnos solos en un paraje aparentemente tan inhóspito.

El planeta de los Smartphones es verdaderamente extraño. Ha desaparecido por completo la vistosidad y la espectacularidad que prometían en la entrada de esta segunda parada de nuestro viaje.

No tenemos nada absolutamente delante de nosotros. El paisaje que se nos presenta es completamente seco, árido y vacio. Inquietantemente vacio. Sigo sin entender el sentido de esta extraña parada y todos los miembros del grupo comienzan a impacientarse y a ponerse progresivamente nerviosos.

Nadie nos lo había explicado, pero la atmósfera del planeta de los Smartphones está cargada de pequeñas partículas de ondas wifi, todo el planeta en sí es una enorme antena de Wi-Fi . Al cabo de muy poco rato la potencia de estas ondas tienen un curioso efecto en cada uno de nosotros. Las ondas que inundan todo el aire tienen el poder de permitir comunicarnos con todo el universo mediante un Smartphone. Tienen el poder de permitirnos recibir información y contenidos de todo tipo y para todas las edades sin ninguna restricción. Y más importante aún si cabe, las ondas del planeta de los Smartphones nos permiten enviar publicaciones propias, textos, fotos y videos a cualquiera de nuestros contactos.


De repente, delante nuestro, se forma un gigantesco ciclón cargado de ruidosa información continua que arrasa lo poco que queda de pie en el horizonte. Delante nuestro desfilaban todo tipo de publicaciones, textos, fotografías y videos. Al principio resultó ser muy interesante y divertido. El problema vino cuando las publicaciones, fotografías y videos no eran para todas las edades. El problema vino cuando tuvimos que salir corriendo ante la infrenable avalancha de contenidos.


A los padres y madres del grupo, me incluyo, no nos daba tiempo a tapar los ojos y oídos de todos los peques que venían con nosotros. Poco a poco comenzaba a ver la verdadera intención de los organizadores del viaje. A pesar de lo dantesco de la situación que se había creado, el objetivo final era simple y claro:
“Los papás y mamás debemos acompañar a nuestros hijos en su entrada al mundo de los teléfonos, al mundo de internet y al mundo de las redes sociales. Debemos acompañarlos en la entrada al mundo de las #TIC de la mejor forma de la que disponemos. Y es simplemente compartiendo con ellos la formación en las nuevas tecnologías”.

La noche cae sobre nosotros y siento una sensación superconfortable al notar de nuevo el asiento del vehículo espacial. Sin darnos cuenta, estamos de vuelta en la nave y salimos disparados hacía el inmenso cielo estrellado.



-          Uf, que descanso. Espero que la próxima parada sea un poco más tranquilita.

lunes, 27 de mayo de 2013

El primitivo mundo de los Teléfonos Móviles.

El vestíbulo-recepción de Móvilandia es espectacular. El suelo es de cristal transparente y se ven pasar las nubes y los pájaros volando por debajo de nuestros pies. La decoración futurista nos traslada a un universo de ciencia-ficción. Después de bebernos el estupendo refresco que nos han servido y tras comprobar que está todo el grupo reunido, una cinta transportadora nos sumerge, a través de un puente colgante, en el primer mundo de Móvilandia. El primitivo mundo de los Teléfonos Móviles.



Los aparatos que encontramos en el primer planeta de la Galaxia de Móvilandia son sencillos teléfonos móviles con las únicas funciones de realizar y recibir llamadas. Nos explican que también tienen una pequeña agenda integrada por 10 números considerados importantes para el menor. Este gadget es sin duda el mejor para iniciar a los más pequeños en el mundo de las #TIC. No necesitan más. Deberíamos seguir las indicaciones y fijar la edad de esa entrada en el mundo de la telefonía móvil entre los 12 y los 15 años.

-         Me aburro ,Mamá!- Se escucha decir a una niña pelirroja mientras estira la falda de su madre.

Los menores de hoy día están acostumbrados a recibir una gran cantidad de impactos relacionados con el mundo tecnológico y evidentemente esta primitiva muestra de tecnología se les queda rápidamente corta. Es en este momento, cuando los papás y las mamás debemos hacer fuerza, buscar alternativas o mentalizarnos en la necesidad de una implicación directa en la educación en Internet y las redes sociales de nuestros hijos antes de pasar al segundo planeta de Móvilandia, habitado íntegramente por Smartphones.



Aquí la cosa ya cambia. Un torrente de colores y símbolos nos envuelve en un torbellino de nombres, iconos, símbolos, números, y sobretodo fotografías, muchísimas fotografías y vídeos que se comparten instantáneamente con multitud de usuarios. Algunos conocidos y muchísimos desconocidos.

Complicado mundo para los menores, complicado mundo para los adultos? Necesitamos unas mínimas indicaciones antes de poner los pies en Smartphone World. El guía del grupo nos acompaña hasta un anfiteatro de aspecto griego y ocupamos los asientos frente al escenario.

Aparece un actor caracterizado de lobo:

-   Bienvenidos al maravilloso mundo de los Smartphones!!! Bienvenidos y bienvenidas! Grandes, pequeños, adultos y niños! Olvidaos de todo lo que habéis conocido hasta ahora. Aquí encontraréis un mundo de diversión y entretenimiento sin fin.

De repente un inmenso castillo de fuegos artificiales  se dispara desde atrás del escenario:


- Wow!! Nos quedamos con la boca abierta.

lunes, 20 de mayo de 2013

Antes de aterrizar en Móvilandia, me acuerdo de Marta.


La azafata que nos anuncia la llegada a Móvilandia se parece mucho a una compañera que tengo en el curso de Bonsais, me chiflan los Bonsais. Si no fuera por la diferencia de estatura es idéntica a mi amiga Marta.




Marta es una chica realmente agradable y simpática. Es muy conocida en el barrio dónde vive, un barrio de familias humildes. Es una vecina muy concienciada y comprometida, siempre se ha preocupado de ayudar a los demás y todos conocen su generosidad. Es habitual verla participar en cada uno de los eventos benéficos que se organizan en la comunidad. Su debilidad son las personas mayores y cada día se reserva un tiempo para echar una mano a cualquiera de los ancianos y ancianas de su escalera.

Desde hace dos años vive con su novio, Marcos. Juntos comparten un piso chiquitito pero muy acogedor, dos habitaciones y un pequeño patio, no necesitan más. Trabaja como Secretaria de Dirección en una multinacional del sector químico. Le encanta su trabajo, le permite estar todo el día en constante comunicación con el resto de miembros de la empresa y eso es un incentivo en su día a día. “Cotorrita” la llamaba su abuelo, y es que a Marta le encanta hablar.

Las tareas diarias que realiza una Secretaria de Dirección son muy variadas. Algunas son muy entretenidas y agradables de realizar, pero hay otras que se hacen un poquito aburridas y pesadas.

Una de las tareas que últimamente le encomiendan y no le gusta nada en absoluto, es la de echarle un vistazo a los perfiles de los nuevos candidatos que llegan a diario. Tal es la confianza que tiene depositada en ella su jefe que el criterio de la chica es tenido en cuenta como si del Director General se tratase. Cuando llega una nueva candidatura, ella es la encargada de “Googlear” al candidato y según los resultados que aparezcan, ese expediente no pasa su criba y evidentemente no llega a los despachos de RRHH de la empresa.

-         Marta, échale un vistazo a este currículum, y me comentas - Le dice Ignacio, el jefe directo de la chica, asomando la cabeza por la puerta de su despacho.
-         Ahora mismo, Ignacio- Ya van seis esta semana, pensó Marta.


Y tras buscar en el navegador el nombre del candidato, mientras subía y bajaba el ratón, pensaba: “Que clase de educación en Internet y en las Redes Sociales han recibido estos chicos y estas chicas?

Y es que los resultados en la inmensa mayoría de casos eran grotescos. De entre la enorme cantidad de curriculums que gestionaba cada mes, se podía salvar uno o dos por los pelos. Había de todo: personas poco, medio o muy preparadas. Personas incluso con dos carreras y con muchos años de experiencia. Pero todos y todas se olvidaban de algo fundamental. De nada sirve tener un currículum vitae excepcional si no tenemos cuidado de mantener una correcta imagen digital en Internet.

Marta era muy consciente de que cada curriculum que no pasaba su filtro significa la ruptura  en seco de las esperanzas y sueños de los candidatos y de sus familias. Cada día era testigo directo de los dramas que se sucedían en su barrio debido a la actual situación del mercado laboral. Pero no podía pasarle como válido a su jefe un currículum de un candidato o candidata que tuviese una marca negativa en la red. No podía pasarle el currículum de Juan Pérez, licenciado, tres idiomas y al buscar su nombre en Google, aparece el tal Juan Pérez evidentemente en estado de embriaguez, un día de fiesta con sus amigos semidesnudos alrededor de una piscina. O encuentras a la recién diplomada Cristina Hernández de botellón con las amigas, con los ojos rojos como el fuego. O en el peor de los casos encuentras a Perico de los Palotes en el exhibicionista y repetido hasta el infinito posado ante el espejo del cuarto de baño, luciendo pectorales.

Y vosotros me diréis: Es que el actual mundo profesional no funciona de esta manera que nos explicas.

-         EKKKKK! Error.

La mayoría de curriculums que se envían a las empresas acaban tal cual antes habéis leído, con una simple búsqueda en Google, que todo lo sabe y todo lo conserva bien fresquito.



Bajamos de nuestro super-avión y en seguida nos dan la bienvenida a Móvilandía con un refrescante zumo tropical. Es el primer contacto de los más pequeños con el mundo de los teléfonos móviles y los Smartphones. Esta parada del viaje va a ser muy importante.







viernes, 17 de mayo de 2013

Bienvenidos a Móvilandia.


Bienvenidos a Móvilandia!!!

¿Para qué necesita un niño/a un Smartphone en su vida cotidiana? ¿No pecamos de un exceso de modernidad en este aspecto?

En este país la edad de iniciación de los menores en el uso de los teléfonos móviles y Smartphones es escandalosamente temprana. ¿Por qué vivimos esta situación con total normalidad?

Simplemente por que existe un desconocimiento absoluto social generalizado del mundo de Internet y las Redes Sociales. Si los padres y madres estuviésemos correctamente informados, os puedo asegurar que la edad del inicio en el uso de estos aparatos se iba a retrasar considerablemente.

¿Qué hace un niño/a con Smartphone? Nada. No olvidemos que un Smartphone es un microordenador portátil. Con sus muchísimas ventajas en cuánto a comunicación se refiere y también con sus inconvenientes. ¿Qué inconvenientes puede tener un Smartphone para un niño/a? Pues sencillamente todos los problemas derivados del mal uso o el uso incorrecto del mismo.



Es absolutamente necesario ofrecer a los peques una formación en las #TIC antes de dejar que se embarquen en ninguna aventura digital. La falta de una educación en Internet y las Redes Sociales puede pasarles factura de muchísimas formas. La huella en Internet no se borra y las imágenes permanecen. Una vez que colgamos una imagen en Internet o la enviamos a través del teléfono móvil o Smartphone, perdemos completamente el control sobre ella. Esta es una premisa que los padres y madres de hoy en día debemos incluir en el decálogo del buen uso de los dispositivos móviles antes de entregar cualquiera de estos gadgets a  nuestros hijos.

Fórmate- Educa- Protege!

lunes, 13 de mayo de 2013

Clickpadres en 8TV



Hoy en ClickPadres estamos supercontentos! No todos los días salimos  por la tele! Hace unas semanas, navegando por la red, descubrí un anuncio publicado por Initec, el centro dónde realicé un curso intensivo Community Manager. En él buscaban a personas que se hubiesen reciclado con alguno de sus cursos y que en la actualidad trabajasen en Internet. Pues bien, respondí y el resultado es la aparición de ClickPadres en la tele.



La entrevista la grabamos en el laboratorio de ClickPadres. El lugar de dónde nacen las ideas, textos, dibujos, sonrisas de este proyecto que llamamos ClickPadres.

En nuestro taller tenemos un gran mural dónde tenemos expuestas todas las tareas que realizamos. ¿Porqué? Por que reciclamos continuamente. Reciclamos el material y reciclamos las ideas que vamos trabajado. De una idea primitiva, brotan otras a medida que pasa el tiempo. Los días en los que las musas tienen fiesta, recurrimos a nuestro panel. Echamos un vistazo y siempre nos surge alguna idea nueva. Un trocito de aquí, un trocito de allá y al final, sea de una forma o de otra, moldeamos nuestro futuro encargo.



Nos gusta nuestro panel. Es superútil. Es una fuente de ideas que nos compensa el trabajo que realizamos cada día.

Como Keyser Söze, observó el panel de ClickPadres y escucho una historia:

Es la historia de un chico que siempre había trabajado muy duro. Realmente era un buen trabajador. De esos que aportan soluciones a la empresa. No de los que aportan problemas y quebraderos de cabeza a sus superiores. Siempre se había caracterizado por su efectividad, versatilidad y empatía en los puestos de trabajo que había ocupado.

Pero un buen día, al igual que Dorothy, un terrible tornado lo arrancó de su apacible y tranquilo mundo y se vió arrastrado  hasta el río de aguas bravas de la actualidad laboral.

En medio de su frenética bajada sin control hacia la terrible cascada de las actuales cifras de desempleo, le dio tiempo de agarrarse a algunas de las ramas de la ribera. En ese momento en el que sientes que te vas a quedar sin aire, notó un estirón.

Dos manos amigas lo sacaron de la traicionera corriente. Ya en un lugar seguro, exhausto, estirado sobre la hierba, escuchó:

- Comienza a pintar de colores el presente para evitar que el futuro sea negro.

Al abrir los ojos, pensó:

- Yo no soy un pez muerto arrastrado por la corriente. Yo siempre he sido un luchador y en este rio hoy me toca ser un salmón. Y si el esfuerzo, tesón y compromiso en todos mis trabajos anteriores los dirijo a un empleo propio?

Desde entonces hasta ahora mismo, nuestro chico continua trabajando para el mismo en lo que más le gusta:  Internet y las Redes Sociales.




miércoles, 8 de mayo de 2013

Fabricamos una colina, unos árboles, un tren y una playa.


¿Cómo os imagináis la vista de la playa desde el tren mágico de ClickPadres? Nosotros empezamos imaginando una colina, una playa y  mar salpicado de velas blancas.
Para haber la colina utilizamos una cartulina azul (Reciclada de una foto anterior), le damos forma de colina doblando uno de los lados repetidas veces. Tras comprobar que no se aguanta, buscamos unos trocitos de cartón un poquito más duro y lo grapamos por debajo de la cartulina para fijar la forma curva de la colina.                                                      

Pero, claro es de color azul. tenemos que darle aspecto de colina. Para eso hemos utilizado unos retales de papel Crepe que hemos encontrado en el laboratorio de ClickPadres. Este tipo de papel es fácilmente localizable en cualquier papelería y al comprobar la etiqueta del precio vemos que es bastante económico. El rollo de 0.50 x 2.5 mts cuesta 0.80 céntimos. Pegamos el papel Crepe verde a la parte curva de la cartulina y fabricamos un tren con cartulina marrón y unas vías con cartulina negra.


 Para hacer la playa utlizamos una cartulina naranja y para darle aspecto vivo y acuático al mar. Cubrimos la parte azul que nos queda de cartulina con papel Crepe de color azul. Lo dejamos un poco suelto para que la imagen de las olas quede más auténtica. 

Y, ¿Qué tal si "fabricamos" unos barcos con papel?. Nos animamos y "fabricamos" también toallas, bañistas que enganchamos sobre la arena de la playa.   Por último "fabricamos" algunos árboles con cartulina marrón de los recortes sobrantes y un poquito del papel Crepe verde que nos sobra (tenemos un montón) y los enganchamos a los lados de la vía. 





Bueno, así es como nos imaginamos en ClickPadres la vista de la playa desde el tren mágico. Y vosotros/as?  






Ya de vuelta en nuestra cabina, después de una revitalizante ducha, me siento en la butaca y oh!, los barcos, los árboles, las personas, todo! se va haciendo cada vez más pequeño. Sin notarlo nuestro tren mágico se ha despegado de sus vías y ahora mismo surca el cielo veloz como un rayo. ¿Cuál será la próxima parada?

Dubidubidubi, dubidubidubi!- Se escucha un teléfono móvil desde el otro lado de la pared. Una voz infantil responde a la llamada. Y aquí es dónde ya nos imaginamos (más o menos) nuestra próxima parada.

Chu-Chu!- Próxima parada: Smartphones y niños.









lunes, 6 de mayo de 2013

El tren mágico de ClickPadres. Fin de la primera jornada de nuestro viaje.

La semana pasada, en ClickPadres, comenzamos el viaje hacia la seguridad en Internet. Buf! Que complicado! Buf! Que pereza!. Pues no. Ni muchísimo menos. Nos lo estamos pasando realmente bien. Nos encontramos un mapa y decidimos lanzarnos a la aventura siguiendo sus indicaciones. Decidimos dar el primer paso. Ese primer paso que te lleva irremediablemente, un poquito más lejos. Por que algo que no podemos negar es que manteniéndonos inmóviles no vamos a llegar a ninguna parte. Si permanecemos quietos no vamos a alcanzar ningún objetivo, ni a corto ni a largo plazo.



“La aventura más apasionante comienza con un paso” (Alexandra David-Néel)

También celebramos el día de Sant Jordi con nuestro amigo Blas, el Dragón. Un pedazo de dragón gigante con un corazón proporcional a su volumen. Un dragón que aprendió que la amistad es algo muy importante. El bondadoso dragón aprendió con sus nuevos amigos que la lectura es algo apasionante. Cada libro que lees es una pequeña pieza de Tetris que poco a poco , con el paso de los años, forman tu personalidad, cultura y tu forma de entender a las personas y a el mundo que te rodea.

Esta semana hemos aprendido a abrocharnos el cinturón de nuestro tren mágico. ¿Cómo? Un tren con cinturón de seguridad. Exacto, más vale estar prevenidos. Al igual que en la vida offline, en el mundo online debemos ir un paso por delante es prevenir posibles accidentes o encuentros desafortunados de nuestros hijos durante su navegación por Internet y las Redes Sociales. Comprobamos como debemos seguir unas lógicas indicaciones 

-         Ubicar siempre el PC familiar en una estancia común de la casa. El lugar dónde la familia realice su vida cotidiana.
-         Controlar el tiempo de conexión de los peques a la red. Abusar de Internet provoca adicción. Controlar el tiempo de conexión en todos los gadgets, smartphones, tablets, PC y videojuegos.
-         Antes de ni tan siquiera ponernos en marcha aprendimos que debemos instalar un mínimo programa de control parental para prevenir “sustos” a los más pequeños.

¿Qué tipo de energía mueve este tren? ¿De que se alimenta para poner en marcha su motor? La caldera de la máquina que mueve el tren mágico de  se ClickPadres carga con el convencimiento de que el mejor camino para evitar el Ciberacoso y los Delitos telemáticos  dirigidos a los menores, es sin lugar a dudas la educación activa compartida en las #TIC. La lucha contra los ciberdelitos es el polo negativo de la batería del tren de ClickPadres, mientras que el polo positivo es sin lugar a dudas el hecho de formar usuarios competentes y respetuosos en la red.

La primera noticia que leemos durante el viaje hace referencia a la pornografía infantil en la red. Menudo golpe. Un golpe del que nos reponemos confiando en la luz que despide ClickPadres y que nos llega desde el final del túnel. Menos mal, que agobio, solo pensarlo. A uno se le ponen los pelos de punta. Pornografía + Internet + Niños, una combinación realmente mala, la peor. Pero no por ser el tema desagradable, vamos a mirar hacia otro lado. Es hora de aceptar la realidad actual de la pornografía infantil en Internet. El tráfico de estos contenidos es a día de hoy frenético. Debemos aceptarlo y educar a nuestros hijos e hijas para mantenerlos lejos de estos terribles comportamientos.



La primera parada de nuestro viaje fue en el maravilloso pueblo de “Respeto”. Sin darnos apenas cuenta durante nuestra estancia aprendimos varias costumbres locales que resulta que podemos aplicar sin problemas durante nuestra navegación por Internet. Aprendimos cómo los niños de Respeto aprenden tres valores fundamentales en la escuela. Tres valores que refuerzan sus padres y madres en el día a día de los pequeños. La Tolerancia, la Amistad y el Respeto son los tres valores que nos llevamos con nosotros como souvenir para adaptarlos a nuestra navegación por la red. En primer lugar Respeto por uno mismo y por nuestras publicaciones , de igual modo Respeto por las publicaciones y opiniones ajenas expresadas en Internet. En segundo lugar, Reconocimiento de la Amistad auténtica como un valioso vehículo de aprendizaje compartido. Y como no, Tolerancia. Por que los niños no tienen prejuicios y si reciben la educación adecuada son tolerantes. No les contaminemos con fobias ignorantes del mundo adulto.

¿Cuál será la próxima parada del tren mágico de ClickPadres?

Nuestro tren sigue sinuosamente la línea de la costa, y en uno de los tramos de playa observamos a los bañistas divirtiéndose en un fantástico día de verano. Los barcos surcan el mar desplazándose suavemente sobre las olas. Oh! Mira, fíjate!  Un avión y un helicóptero!



Chu-Chu! Saludamos desde la colina!

-         ¿Tendremos tiempo de bañarnos en la próxima parada, papá?
-         Claro que sí hijo.

Y por dentro sentimos la misma infantil llamada de la arena de la playa y de los revolcones en las olas del mediterráneo. Que buenos recuerdos nos trae el aroma a sal del mar. Y que buenos y divertidos momentos pasamos con nuestros hijos ahora que somos papás y mamás. Gracias, Mar Mediterráneo!

viernes, 3 de mayo de 2013

Tolerancia, Amistad y Respeto.


El tren se detiene, bajamos nerviosos y emocionados como los niños al descubrir algo nuevo. “Respeto” es un típico pueblo mediterráneo que se encuentra situado entre el mar y la montaña. Es un pueblo realmente precioso. La construcción de las casas con el paso del tiempo se ha integrando en el paisaje de tal forma que es difícil distinguir entre viviendas, parcelas, verjas, árboles y rocas.


Todos los lugareños dividen su jornada de trabajo entre el mar y los campos que rodean el pueblo. Hoy en día, “Respeto” funciona de una forma bastante autosuficiente. La agricultura, la ganadería y la pesca son el motor que mueve el día a día del pueblo.


Los habitantes de “Respeto” son las personas más amables que te puedes encontrar. Desde bien pequeños aprenden tres valores fundamentales en la escuela: Tolerancia, Amistad y Respeto;  por uno mismo y por los demás.

Más que aprender Tolerancia en la escuela, lo que de verdad aprenden es, a no perderla. Los niños no tienen prejuicios. Somos los adultos los que contaminamos de alguna manera sus pequeñas cabezas, arrastrados por la ignorancia, la incultura y el miedo a lo desconocido. Los profesores de la escuela del pueblo trabajan muy duro para que esa tolerancia se mantenga y no se pierda con la entrada al mundo adulto.

En el cole de “Respeto”, los niños y niñas aprenden el verdadero sentido y valor de la amistad y de cómo al igual que el amor, ésta también se ha de regar a diario para mantenerla viva y fresca.  

Y lo más importante, los escolares del pueblo, aprenden el significado real de la palabra: Respeto. Comenzando por conocerse y aceptarse uno mismo. De esta forma comienzan a conocer y aceptar su entorno y a sus semejantes.

“Respeto” se va haciendo cada vez más pequeño en el horizonte mientras siento que el tren acelera sobre las vías. Quizás es que ya no está enfadado. Quizás es que le está comenzando a gustar este viaje y quiere llegar cuanto antes a la siguiente parada. De todas formas, nos vamos de Respeto con muy buen sabor de boca. Nos vamos con algunas buenas recomendaciones que podemos aplicar sin problemas en el mundo online.

Para ser buenos ínternautas y navegar con seguridad podemos seguir en nuestra navegación las tres premisas que aprenden los niños de “Respeto”.

1- Tolerancia por las opiniones expresadas en la red. Detrás de cada publicación y fotografía siempre hay una persona de carne y hueso.


2- Amistad. Debemos transmitir a los menores que el hecho de tener un gran número de contactos no implica ser una persona  relevante o famosa. Conservaremos y confiaremos únicamente en nuestros contactos reales contrastados.

3- Por último que no menos importante, RESPETO. Respeto por las publicaciones y personas que no sean de nuestro agrado. Respeto por nuestras propias publicaciones. No por mostrar más tu vida privada vas a ser más conocido. El nivel de la privacidad de tus publicaciones ha de ser el mismo que el nivel de privacidad que mantienes en la vida real.

Hace unos días leí un buen ejemplo para ilustrar el tema de la privacidad de las publicaciones de los menores en la red, decía así: “No publiques ninguna fotografía en Internet que no te gustaría ver colgada en el tablón de anuncios de tu colegio o Instituto”.

Me trae de vuelta al mundo real desde mis pensamientos el movimiento de la puerta del vagón que queda delante mio, desde el otro lado llega el aroma de la cena. Eso le hace recordar a mi estómago que no hemos comido nada desde hace un buen rato, y el rugido de mi barriga resuena como un león haciéndose notar en medio de la sabana.





miércoles, 1 de mayo de 2013

Aceptando "Realidades Virtuales".



Muy lentamente comenzamos el viaje sobre los raíles mientras nuestro tren parece quejarse al lanzar un agudo silbido. El aire limpio de la mañana que entra por la ventanilla despeina mi flequillo mientras ojeo el diario. Paso la página, y Plás!, tropiezo con una de esas desagradables y tristemente cada vez más habituales noticias sobre redadas policiales contra la pornografía infantil en la red. Otro triunfo policial contra los ciberdelitos, por suerte cada dia son más. Pero a pesar de aumentar el número de redadas policiales y denuncias, no hay suficientes policías y juzgados en el mundo para combatir todos los comportamientos delictivos que se producen diariamente en la red.


Una avalancha de preguntas cae a plomo sobre mi cabeza. De algunas conozco la respuesta, de otras no. Pero al leer este tipo de noticias  lo que de verdad siento, es indignación. No únicamente la triste indignación que se siente por los pederastas y pedófilos. Siento indignación y vergüenza ajena por la parte que nos toca como padres y madres. Puede resultar duro leer estas lineas pero es una evidente realidad que debemos aceptar.  




"Proporcionar a tus hijos el acceso a Internet sin educarlos previamente es igual que lanzarlos a un mar repleto de tiburones".

Ante la ausencia de una educación digital, es responsabilidad de los padres el educar a los más pequeños en el ámbito #3.0. Educar para prevenir posibles “accidentes” y educar para disfrutar con respeto de la red.

El tráfico de contenidos de abierto carácter pedófilo es enorme. No podemos dejar entrar a nuestros hijos en Internet y las Redes Sociales sin proporcionarles una educación al respecto. Es simplemente sentido común. El mismo sentido común que nos guía en la vida Offline y que por desgracia, muchísimas personas no lo acaban de aplicar de igual modo en el mundo Online.

La red no es la culpable de los comportamientos pedófilos, pero sí los facilita. En Internet los pederastas y pedófilos se sienten seguros tras el falso anonimato bajo el que actúan. En Internet este tipo de ciberdelincuentes encuentran a otros muchos “iguales” con lo que la percepción de la gravedad de sus actos disminuye y se normaliza.

Los padres y madres que estén dispuestos a involucrarse en la educación 3.0 de sus hijos deben aceptar y admitir la realidad actual de estos temas en la red. De esta forma aprendiendo y formándonos es como poco a poco avanzaremos en nuestro camino hacia la seguridad en la red para los peques.

Recorremos kilómetros entre bosques de pinos y poco a poco, el tren, nos acerca a la costa. El meláncolico aroma del mar recorre el vagón y me hace recordar escenas de pasados veranos. Chu-Chu! Delante nuestro se presenta el primer túnel, tranquilos, es cortito.


-Nos acercamos a una estación!- Se escucha desde las primeras filas. El tren comienza a reducir su marcha por que llegamos al pueblo de "Respeto".

- Coge la cámara y la chaqueta que bajaremos a visitarlo...


lunes, 29 de abril de 2013

El tren de ClickPadres está a punto de efectuar su salida.



¿Estáis listos chicos/as? Chu-chu!! El tren destino a Internet y las Redes Sociales está a punto de efectuar su salida. 

-Es nuestro tren, que no se nos escape!.

No estamos hablado de un tren cualquiera, nuestro tren es un tren mágico. Abróchense los cinturones que vamos a despegar. ¿Pero cómo? ¿Despegar? Pues sí, ya os avisé que era un tren mágico.

Éste es el momento en el que una de las azafatas de a bordo, realiza la demostración del protocolo a seguir en caso de emergencia. Pues hoy vamos a realizar el papel de “azafatos” y antes de despegar, comenzaremos con el protocolo de actuación en caso de emergencia:

- "Bienvenidos a bordo, en caso de necesitarlo, nuestro supertren dispone de varias salidas de emergencia señaladas con un indicativo rojo fluorescente. Diríjanse siempre a la más cercana". 


¿Cómo podemos abrocharnos los cinturones de seguridad las papás y las mamás antes de comenzar el viaje hacia Internet y las Redes Sociales?, y mejor aún; ¿Cómo podemos abrochar el cinturón de los más pequeños? Pues antes de nada, antes de ni tan siquiera salir de la estación, vamos a establecer unas pautas de comportamiento 3.0 a seguir dentro de casa que de cara al futuro nos van a ser de muchísima utilidad.

Vamos a educar para prevenir y abusar de Internet engancha. Necesitamos establecer una comunicación directa, libre y sincera con los peques, para ser los primeros en detectar cualquier tipo de "Accidente" en nuestro viaje. Los padres y madres de hoy facilitamos totalmente el acceso a Internet a nuestros hijos. debemos mentalizarnos que este acceso debe ir acompañado de unas reglas e instrucciones por que de lo contrario el reulstado puede ser catastrófico. Pero parta evitar eso estamos precisamente aquí. El equipo ClickPadres, vosotros y nosotros, por que la unión hace la fuerza. Compartiendo y  participando activamente junto a tus hijos en su formación en Internet y las Redes Sociales es el camino que nos llevará a disfrutar y verlos disfrutar de la navegación por la Red.


El tiempo de conexión de los niños a Internet es uno de los puntos que establecermos como una de las reglas de oro del uso de las nuevas tecnologías en el hogar. Hablamos del tiempo de conexión real, el de todos los gadgets. No "vale" establecer un tiempo para el Pc doméstico ( Que "SIEMPRE" tendremos ubicado en el salón de casa, o en una estacia dónde se realice la vida cotidiana de la familia) y saltar como una rana a la tablet o al smartphone en la habitación.

Y por supuesto, antes de clicar dos veces encima del icono que nos llevará al "Mar de la Web"., debemos instalar un programa de contro parental. Internet y las Redes Sociales son una macedonia de humanidad. En Internet, al igual que en la vida real, podemos encontrar contenidos "Muy malos (Peligro)", "Malos (Nada recomendables)", "Regulares (Podemos filtrarlos)", "Buenos (Necesitamos conocerlos)" y "Muy Buenos (Altamente recomendables)". Por este motivo necesitamos como mínimo instalar un filtro que nos permita navagar de una forma más tranquila. Si instalamos en el ordenador un programa de control parental, podemos prevenir algún que otro encuentro desafortunado con contenidos que no sean apropiados para la edad de los intrépidos internáutas.





viernes, 26 de abril de 2013

Blas, el Dragón.

Blas era un dragón. Pero no os penséis que era un dragón pequeñito, de esos que se enganchan a las paredes en Verano, no, no; Se podía decir que Blas era un dragón gigante. A pesar de su terrible y fiero aspecto, era el dragón más noble y bueno que jamás había existido, pero prefería evitar problemas con los demás viviendo alejado del resto del mundo. Su día a día transcurría en las cumbres de las montañas. Vivía en soledad y esto le había agriado el carácter hasta el punto de no querer ver a nadie. Sin darse cuenta se había convertido en un dragón uraño. Habían pasado ya tres años de la última vez que habló con alguien. Hace tres inviernos conoció a Pandora, un águila que pasó una temporada con él después de tener un pequeño accidente en la puerta de la cueva. Pandora era un poco corta de vista y de vez en cuando tenía algún problemilla de aterrizaje. Pasaron juntos un par de semanas. Una vez estuvo recuperada, antes de marcharse, le dijo a Blas:

- Por favor, guárdame esta caja hasta que pueda venir a recogerla- Y levantó el vuelo desapareciendo entre las nubes.

La cueva de nuestro dragón no era muy grande pero supo hacer un hueco para aquella caja sin problemas. Se olvidó de ella hasta que un día de verano, pintando y arreglando las paredes, sin darse cuenta la golpeó con la cola y la tiró. Al caer al suelo la tapa se abrió, Blas no pudo contener la curiosidad y poquito a poco fue asomando la nariz a su interior. La misteriosa caja que había dejado Pandora estaba llena hasta arriba de libros y cuentos. En el pasado había escuchado hablar acerca de esos “libros” de los humanos, pero Blas no sabía leer, ni tan siquiera había visto un libro antes. Cogió uno al azar. En la portada aparecía el dibujo de una ballena blanca y un barco. Léeme, parecía que susurraba Moby Dick desde el Océano. Lo abrió, pero no entendía nada de nada, únicamente veía símbolos negros sobre páginas blancas. Lo que le gustaban de verdad eran las imágenes de las portadas de los libros y las ilustraciones de los cuentos. Durante mucho tiempo se dedicó a clasificarlos según si eran animales, flores, plantas, juegos o colores. Pero Blas quería saber que significaban esos símbolos. Dia tras dia se concentraba sobre los textos esperando alguna respuesta a su curiosidad, pero nunca llegaba. Pasado un tiempo la frustración y el aburrimiento hicieron desistir de su empeño a nuestro gigante amigo verde. Pero la llama de la curiosidad sobre aquellos libros de los humanos que se acumulaban en su cueva ya no se apagaría nunca jamás. 



Un buen día, Blas se levantó como de costumbre y después de asearse, salió al exterior a respirar aire fresco y a buscar algunas frutas para almorzar (Blas no comía ni princesas ni nada parecido, era una costumbre horrible de algunos dragones que no podía soportar). Se encontraba recogiendo fresas y bayas silvestres cuando de repente, escuchó a lo lejos un rumor de voces de niños y niñas. No se lo podía creer!!! Un grupo de escolares del pueblo estaban de excursión y subían montaña arriba.

- Oh, Oh!- Pensó nuestro amigo verde.

Blas, el Dragón.

Los humanos siempre le habían causado problemas. Se escondió entre la maleza tratando de pasar inadvertido, pero su tremendo volumen era muy difícil de camuflar entre la escasa vegetación de la alta montaña. Aún así, su escondite le permitió, sin ser visto, escuchar la conversación de los niños y su profesora:

- Elena, Elena!- Llamaban los niños a su tutora. Pero la profesora hacía caso omiso a sus voces y continuaba subiendo la pendiente.

- Hasta que no lleguemos al campamento no podemos descansar- Contestó pasado un rato, cuando alcanzó un pequeño llano que hacía de balcón al inmenso paisaje que se divisaba desde aquella altura.

- Nos hemos perdido- Se escuchó entre el grupo de escolares.

- Esto nos pasa por no traernos el móvil!- Vociferó con fuerza Lidia, que lo estaba pasando realmente mal sin su más preciado tesoro.

Pasado un buen rato, cuando todo el grupo se hubo reunido, la profesora no tuvo más remedio que aceptarlo. Se habían perdido.

Entre tanto nuestro gigante amigo, que había sido testigo de toda la escena, continuaba oculto tras la maleza y las rocas. El Sol ya hacía rato que se había escondido y la temperatura comenzaba a bajar a toda velocidad.

- Deberíamos hacer un fuego, comienza a hacer mucho frío - Sugirió uno de los muchachos. Exactamente lo mismo pensó Blas, comenzaba a hacer frío de verdad y no había cogido la chaqueta antes de salir de casa. Sin darse cuenta, acostumbrado a la soledad, un tremendo estornudo de fuego salió de su nariz mientras atónitos, el grupo de niños y niñas contemplaban como se encendía la hoguera delante suyo.

- Hola, Buenas Noches- Carraspeó el dragón.

Al mismo tiempo todos los niños y niñas se levantaron del suelo dónde estaban sentados alrededor de las llamas y comenzaron a gritar y correr de un lado para otro como la pelotita del Pou rebotando contra las paredes.

Blas observó durante un par de minutos hasta que instintivamente lanzó un rugido acompañado de una tremenda llamarada.

- ¿Queréis hacer el favor de parar de correr y gritar un momento?- Les dijo al grupo de escolares que se quedaron quietos como estatuas al escuchar la voz del dragón. 

De repente, el único sonido que se escuchaba era el viento silbando entre las rocas cuando de la mochila de uno de los pequeños se resbaló un libro. El ruido seco que produjo al chocar contra el suelo, llamó la atención de Blas. El dragón recogió el libro y se lo acercó a los ojos. En la portada aparecía la figura de dos serpientes formando un circulo sobre un fondo dorado.



- ¿Te gusta? Te lo puedes quedar. Yo ya me lo he leído- Susurró tímidamente Pedro, dueño de aquella añeja copia de "La Historia Interminable".

- Muchas gracias.-Y entonces, a Blas, se le encendió una bombilla. – Lo que me gustaría de verdad, es aprender a leer.

- Podemos enseñarte- Contestaron algunas de las niñas más atrevidas del grupo.

- Puedes venir al colegio con nosotros cada día y aprender.- Apuntó la profesora que continuaba escondida detrás de un improvisado camuflaje de ramas y hojas.

- Me gustaría muchísimo- La sonrisa de Blas se extendió rápidamente de oreja a oreja en su gran cara.. Por fín podría leer todos los libros y cuentos de Pandora que tenía en casa bien ordenaditos.

- Pero antes, ¿Nos puedes ayudar a volver al pueblo?- Le preguntó uno de los niños al dragón.

- Eso está hecho!- Contestó muy contento el gigantón.

Sin decir más, Blas extendió sus alas hacía el suelo y los niños y niñas comenzaron a subir a su lomo. En menos de lo que se tarda en decir: “cacahuete”, Blas dejó a los niños delante de la puerta de la escuela. Se despidió hasta el día siguiente y volvió volando a su cueva para preparar la mochila de la que iba a ser su primera clase. A partir de ese día, hubo un alumno más en la escuela del pueblo: Blas, el Dragón. Un dragón que ya nunca dejó de leer.