martes, 19 de febrero de 2013

La amiga especial.



El Sol brillaba con intensidad en el cielo mientras Ángel y sus amigos salían disparados del Instituto, había sido el último día de clase antes del verano. Como era costumbre tenían planeado ir al lago de las afueras del pueblo. Era su ritual secreto pre-vacacional. Todos esperaban ese día con ansiedad, por que sabían que cuando ese día llegaba, significaba que el curso había acabado, tocaba pasar página. Durante todo el día hacían resumen del año, en todos los aspectos, académicos y amorosos; éstos últimos pasaban rápidamente a ser el centro de todas las conversaciones. El verano, el calor, vacaciones y el lago como símbolo de su libertad estival. A Ángel le encantaba este día, siempre lo esperaba como cuando era niño esperaba a Papa Noel. Este año había sido especialmente duro, había tenido que estudiar en serio por primera vez en su vida, pero había salido victorioso, por los pelos pero victorioso. 

  
La conversación en la orilla del lago se había vuelto frenética, era un sin cesar de envíos de fotos de sus chicas y un ir y venir de continuos piropos, alabanzas y risas. A sus reuniones anuales a la orilla del lago se había sumado sin que ellos lo supiesen, un miembro más; el Smartphone. El teléfono móvil se había infiltrado en su grupo y más aún. Había conseguido ser amigo íntimo de cada chico. Un amigo inseparable y fiel que les acompañaba las 24 horas del día, los 7 días de las semana, los 365 días del año.

Ángel no había participado en el campeonato de ligues por que ni tenía Smartphone (Su madre no había consentido comprarle uno por más que le había insistido) ni tenía fotos de su chica para enseñar, no tenía novia oficialmente. Tenía un amiga. Un amiga especial, como a el le gustaba llamarla. Cada tarde después del colegio, cuando llegaba a casa, lo primero que hacia era conectar el  ordenador de su habitación para hablar con su amiga especial. Su amiga especial si que le comprendía bien, siempre estaba allí para apoyarlo, no le había fallado nunca. Esta relación duraba ya más de seis meses, era el gran secreto de Ángel y así seguiría siendo. Se habían conocido en un Chat de Pokemon. Ángel era un grandísimo fan de los animalitos japonenses. Dentro del Chat habían intercambiado imágenes de sus personajes favoritos, pero la conexión no era del todo buena y la amiga especial de Ángel le invitó al MSN. – Es mucho más fiable y tranquilo, estaremos mejor y además nos podemos ver por la Webcam  . Así nos podemos ver la cara.- Apuntó oportunamente. El chico no pensó demasiado en la proposición y fiándose plenamente conectó el MSN y la Webcam



Ángel mantuvo la vista fija en el recuadro de la Cam pero no recibía ninguna imagen, solo veía un fondo negro. Su Webcam si que estaba funcionando correctamente.

-         Lo siento no me funciona bien la Webcam, puedo enviarte fotos si quieres- Escribió Sara.
-         Tú me ves bien?- Preguntó Ángel.
-    Yo si que te veo perfectamente. Espera que te envío algunas fotos mías –Apareció rápidamente escrito en la pantalla del chicocasi instantaneamente.

La amiga especial de Angel comenzó a enviarle una sucesión de imágenes en las que se podía ver a una chica preciosa posando en bikini cerca de una piscina.

-         Qué te parece? ¿Te gusto?- Escribió Sara, la amiga especial.

El chico no sabía que responder , las fotos de la chica en bikini le habían ruborizado, cosa que delataba sus mejillas y esto era fácilmente perceptible desde el otro lado de la Cam, era consciente.

-         Eres realmente preciosa- escribió tímidamente el muchacho en su teclado.
-     ¿Quieres que te enseñe más fotos?- Después de 8 meses de contacto la confianza del chico estaba totalmente ganada por la desconocida y Ángel accedió escribiendo un:
-         Si, por favor.

Las fotos comenzaron a subirse de tono y comenzaban a dejar ver a una chica que posaba cada vez con menos ropa o tapándose únicamente con las manos. Volvió a repetirse el mensaje:

-        ¿Quieres que te enseñe más fotos? – A estas alturas nuestro joven protagonista estaba ya totalmente vencido por el canto de las sirenas y ya no tímidamente, mas bien desesperadamente; escribió tan rápido como pudo:
-         Si, por favor.
-         Pues enséñame tú también, no?- Fue la respuesta que recibió esta vez.

El chico dudó al principio, pero la situación era demasiado buena como para dejarla perder. Se levantó de la silla y cerró la puerta de la habitación. Se acercó al ordenador y comenzó a quitarse la ropa. Sin saber que su mejor amiga no existía, sin saber que le estaban grabando por su Webcam. Continuaba recibiendo fotografías de una chica, cada vez más explicitas. Fotografías probablemente descargadas de alguna red p2p que habían servido de cebo nuestro ingenuo protagonista. La sesión se prolongó hasta que Ángel escuchó un ruido por las escaleras, era su madre que subía. De los nervios, Ángel; apagó el ordenador de golpe. Se puso el pijama y se sentó en la cama al tiempo que su madre abría la puerta.

-        Hola, cariño. Cómo va la tarde?- Preguntó la madre de Ángel mientras entraba en la habitación y le daba un beso en la frente.
-         Bien, estudiando- Respondió el chico con una única imagen en la cabeza, Sara.
-       Bien. Voy a preparar la cena- Y dándole una palmada en el muslo derecho dejó de nuevo a Ángel solo en su habitación.

Ángel de un salto se incorporó y volvió a conectar el ordenador, pero esa tarde no consiguió volver a conectar con su amiga especial. Ni esa tarde ni esa noche. 


-         Lo intentaré de nuevo mañana- Pensó.

Al dia siguiente al volver de la escuela, corrió a su habitación esperando volver a conectarse con Sara. Pero al entrar en la habitación encontró algo muy distinto. Sentado en la cama estaba su padre. Después de haber asistido a una charla sobre el ciberacoso en la biblioteca del pueblo, el hombre había instalado un programa de monitorización en el ordenador del chico y estaba al corriente de lo sucedido. Pero, en vez de castigarlo o regañarlo, acercó dos sillas a la mesa del ordenador y se sentó al lado de su hijo. Juntos comenzaron por donde tenía que haber comenzado Ángel, por el principio. Y en el comienzo de cualquier manual de prevención sobre ciberdelitos dirigidos a menores, está escrito con letras bien grandes:

NO AGREGAR A DESCONOCIDOS Y NO ENVIAR FOTOS NI IMÁGENES NUESTRAS A TRAVÉS DE LA RED. AH! Y CUIDADO CON LA WEBCAM.

  







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