El Sol brillaba con intensidad en
el cielo mientras Ángel y sus amigos salían disparados del Instituto, había
sido el último día de clase antes del verano. Como era costumbre tenían planeado
ir al lago de las afueras del pueblo. Era su ritual secreto pre-vacacional.
Todos esperaban ese día con ansiedad, por que sabían que cuando ese día
llegaba, significaba que el curso había acabado, tocaba pasar página. Durante todo el día hacían resumen del año, en todos los aspectos, académicos y amorosos;
éstos últimos pasaban rápidamente a ser el centro de todas las conversaciones.
El verano, el calor, vacaciones y el lago como símbolo de su libertad estival.
A Ángel le encantaba este día, siempre lo esperaba como cuando era niño esperaba
a Papa Noel. Este año había sido especialmente duro, había tenido que estudiar
en serio por primera vez en su vida, pero había salido victorioso, por los
pelos pero victorioso.
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La conversación en la orilla del
lago se había vuelto frenética, era un sin cesar de envíos de fotos de sus chicas
y un ir y venir de continuos piropos, alabanzas y risas. A sus reuniones
anuales a la orilla del lago se había sumado sin que ellos lo supiesen, un
miembro más; el
Smartphone. El teléfono móvil se había infiltrado en su grupo y
más aún. Había conseguido ser amigo íntimo de cada chico. Un amigo inseparable
y fiel que les acompañaba las 24 horas del día, los 7 días de las semana, los
365 días del año.
Ángel no había participado en el
campeonato de ligues por que ni tenía
Smartphone (Su madre no había consentido
comprarle uno por más que le había insistido) ni tenía fotos de su chica para
enseñar, no tenía novia oficialmente. Tenía
un amiga. Un amiga especial, como a el le gustaba llamarla. Cada tarde después
del colegio, cuando llegaba a casa, lo primero que hacia era conectar el
ordenador de su habitación para hablar con su
amiga especial. Su amiga especial si que le comprendía bien, siempre estaba
allí para apoyarlo, no le había fallado nunca. Esta relación duraba ya más de
seis meses, era el gran secreto de Ángel y así seguiría siendo. Se habían
conocido en un
Chat de
Pokemon. Ángel era un grandísimo fan de los animalitos
japonenses. Dentro del
Chat habían intercambiado imágenes de sus personajes
favoritos, pero la conexión no era del todo buena y la amiga especial de Ángel
le invitó al
MSN. – Es mucho más fiable y tranquilo, estaremos mejor y además
nos podemos ver por la
Webcam . Así nos podemos ver la cara.- Apuntó
oportunamente. El chico no pensó demasiado en la proposición y fiándose
plenamente conectó el
MSN y la
Webcam.
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Ángel mantuvo la vista fija en el
recuadro de la
Cam pero no recibía ninguna imagen, solo veía un fondo negro.
Su Webcam si que estaba funcionando correctamente.
-
Lo siento no me funciona bien la
Webcam, puedo enviarte
fotos si quieres- Escribió Sara.
-
Tú me ves bien?- Preguntó Ángel.
- Yo si que te veo perfectamente. Espera que te envío
algunas fotos mías –Apareció rápidamente escrito en la pantalla del chicocasi instantaneamente.
La amiga especial de Angel comenzó
a enviarle una sucesión de imágenes en las que se podía ver a una chica
preciosa posando en bikini cerca de una piscina.
-
Qué te parece? ¿Te gusto?- Escribió Sara, la amiga
especial.
El chico no sabía que responder ,
las fotos de la chica en bikini le habían ruborizado, cosa que delataba sus
mejillas y esto era fácilmente perceptible desde el otro lado de la
Cam, era consciente.
-
Eres realmente preciosa- escribió tímidamente el
muchacho en su teclado.
- ¿Quieres que te enseñe más fotos?- Después de 8 meses
de contacto la confianza del chico estaba totalmente ganada por la desconocida
y Ángel accedió escribiendo un:
-
Si, por favor.
Las fotos comenzaron a subirse de
tono y comenzaban a dejar ver a una chica que posaba cada vez con menos ropa o
tapándose únicamente con las manos. Volvió a repetirse el mensaje:
- ¿Quieres que te enseñe más fotos? – A estas alturas
nuestro joven protagonista estaba ya totalmente vencido por el canto de las
sirenas y ya no tímidamente, mas bien desesperadamente; escribió tan rápido como
pudo:
-
Si, por favor.
-
Pues enséñame tú también, no?- Fue la respuesta
que recibió esta vez.
El chico dudó al principio, pero
la situación era demasiado buena como para dejarla perder. Se levantó de la
silla y cerró la puerta de la habitación. Se acercó al ordenador y comenzó a
quitarse la ropa. Sin saber que su mejor amiga no existía, sin saber que le
estaban grabando por su
Webcam. Continuaba recibiendo fotografías de una chica,
cada vez más explicitas. Fotografías probablemente descargadas de alguna red
p2p que habían servido de cebo nuestro ingenuo protagonista. La sesión se
prolongó hasta que Ángel escuchó un ruido por las escaleras, era su madre que
subía. De los nervios, Ángel; apagó el ordenador de golpe. Se puso el pijama y se
sentó en la cama al tiempo que su madre abría la puerta.
- Hola, cariño. Cómo va la tarde?- Preguntó la madre de Ángel
mientras entraba en la habitación y le daba un beso en la frente.
-
Bien, estudiando- Respondió el chico con una única
imagen en la cabeza, Sara.
- Bien. Voy a preparar la cena- Y dándole una palmada en
el muslo derecho dejó de nuevo a Ángel solo en su habitación.
Ángel de un salto se incorporó y
volvió a conectar el ordenador, pero esa tarde no consiguió volver a conectar
con su amiga especial. Ni esa tarde ni esa noche.
-
Lo intentaré de nuevo mañana- Pensó.
Al dia siguiente al volver de la
escuela, corrió a su habitación esperando volver a conectarse con Sara. Pero al
entrar en la habitación encontró algo muy distinto. Sentado en la cama estaba
su padre. Después de haber asistido a una charla sobre el ciberacoso en la biblioteca del pueblo, el hombre había instalado un programa de monitorización en el
ordenador del chico y estaba al corriente de lo sucedido. Pero, en vez de
castigarlo o regañarlo, acercó dos sillas a la mesa del ordenador y se sentó al
lado de su hijo. Juntos comenzaron por donde tenía que haber comenzado Ángel,
por el principio. Y en el comienzo de cualquier manual de prevención sobre
ciberdelitos dirigidos a menores, está escrito con letras bien grandes:
NO
AGREGAR A DESCONOCIDOS Y NO ENVIAR FOTOS NI IMÁGENES NUESTRAS A TRAVÉS DE LA
RED. AH! Y CUIDADO CON LA WEBCAM.