El tren se detiene, bajamos nerviosos y emocionados como los niños al descubrir algo nuevo. “Respeto” es un típico pueblo mediterráneo que se encuentra situado entre el mar y la montaña. Es un pueblo realmente precioso. La construcción de las casas con el paso del tiempo se ha integrando en el paisaje de tal forma que es difícil distinguir entre viviendas, parcelas, verjas, árboles y rocas.
Todos los lugareños dividen su jornada de trabajo entre el mar y los campos que rodean el pueblo. Hoy en día, “Respeto” funciona de una forma bastante autosuficiente. La agricultura, la ganadería y la pesca son el motor que mueve el día a día del pueblo.
Los habitantes de “Respeto” son
las personas más amables que te puedes encontrar. Desde bien pequeños
aprenden tres valores fundamentales en la escuela: Tolerancia, Amistad y
Respeto; por uno mismo y por los demás.
Más que aprender Tolerancia en la
escuela, lo que de verdad aprenden es, a no perderla. Los niños no tienen
prejuicios. Somos los adultos los que contaminamos de alguna manera sus
pequeñas cabezas, arrastrados por la ignorancia, la incultura y el miedo a lo
desconocido. Los profesores de la escuela del pueblo trabajan muy duro para que
esa tolerancia se mantenga y no se pierda con la entrada al mundo adulto.
En el cole de “Respeto”, los
niños y niñas aprenden el verdadero sentido y valor de la amistad y de cómo al
igual que el amor, ésta también se ha de regar a diario para mantenerla viva y
fresca.
Y lo más importante, los escolares
del pueblo, aprenden el significado real de la palabra: Respeto. Comenzando por
conocerse y aceptarse uno mismo. De esta forma comienzan a conocer y aceptar su
entorno y a sus semejantes.
“Respeto” se va haciendo cada vez
más pequeño en el horizonte mientras siento que el tren acelera sobre las vías.
Quizás es que ya no está enfadado. Quizás es que le está comenzando a gustar
este viaje y quiere llegar cuanto antes a la siguiente parada. De todas formas,
nos vamos de Respeto con muy buen sabor de boca. Nos vamos con algunas buenas
recomendaciones que podemos aplicar sin problemas en el mundo online.
Para ser buenos ínternautas y
navegar con seguridad podemos seguir en nuestra navegación las tres premisas que
aprenden los niños de “Respeto”.
1- Tolerancia por las opiniones
expresadas en la red. Detrás de cada publicación y fotografía siempre hay una
persona de carne y hueso.
2- Amistad. Debemos transmitir a
los menores que el hecho de tener un gran número de contactos no implica ser
una persona relevante o famosa. Conservaremos
y confiaremos únicamente en nuestros contactos reales contrastados.
3- Por último que no menos
importante, RESPETO. Respeto por las publicaciones y personas que no sean de
nuestro agrado. Respeto por nuestras propias publicaciones. No por mostrar más
tu vida privada vas a ser más conocido. El nivel de la privacidad de tus
publicaciones ha de ser el mismo que el nivel de privacidad que mantienes en la
vida real.
Hace unos días leí un buen
ejemplo para ilustrar el tema de la privacidad de las publicaciones de los
menores en la red, decía así: “No publiques ninguna fotografía en Internet que
no te gustaría ver colgada en el tablón de anuncios de tu colegio o Instituto”.
Me trae de vuelta al mundo real desde mis
pensamientos el movimiento de la puerta del vagón que queda delante mio, desde el otro lado llega el aroma de la cena. Eso le hace recordar a mi
estómago que no hemos comido nada desde hace un buen rato, y el rugido de mi
barriga resuena como un león haciéndose notar en medio de la sabana.
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