La azafata que nos anuncia la
llegada a Móvilandia se parece mucho a una compañera que tengo en el curso de Bonsais,
me chiflan los Bonsais. Si no fuera por la diferencia de estatura es idéntica a
mi amiga Marta.
Marta es una chica realmente
agradable y simpática. Es muy conocida en el barrio dónde vive, un barrio de
familias humildes. Es una vecina muy concienciada y comprometida, siempre se ha
preocupado de ayudar a los demás y todos conocen su generosidad. Es habitual
verla participar en cada uno de los eventos benéficos que se organizan en la comunidad. Su debilidad son las
personas mayores y cada día se reserva un tiempo para echar una mano a
cualquiera de los ancianos y ancianas de su escalera.
Desde hace dos años vive con su
novio, Marcos. Juntos comparten un piso chiquitito pero muy acogedor, dos
habitaciones y un pequeño patio, no necesitan más. Trabaja como Secretaria de Dirección
en una multinacional del sector químico. Le encanta su trabajo, le permite
estar todo el día en constante comunicación con el resto de miembros de la
empresa y eso es un incentivo en su día a día. “Cotorrita” la llamaba su
abuelo, y es que a Marta le encanta hablar.
Las tareas diarias que realiza
una Secretaria de Dirección son muy variadas. Algunas son muy entretenidas y
agradables de realizar, pero hay otras que se hacen un poquito aburridas y pesadas.
Una de las tareas que últimamente
le encomiendan y no le gusta nada en absoluto, es la de echarle un vistazo a
los perfiles de los nuevos candidatos que llegan a diario. Tal es la confianza
que tiene depositada en ella su jefe que el criterio de la chica es tenido en
cuenta como si del Director General se tratase. Cuando llega una nueva
candidatura, ella es la encargada de “Googlear” al candidato y según los
resultados que aparezcan, ese expediente no pasa su criba y evidentemente
no llega a los despachos de RRHH de la empresa.
-
Marta, échale un vistazo a este currículum, y me
comentas - Le dice Ignacio, el jefe directo de la chica, asomando la cabeza por
la puerta de su despacho.
-
Ahora mismo, Ignacio- Ya van seis esta semana, pensó
Marta.
Y tras buscar en el navegador el
nombre del candidato, mientras subía y bajaba el ratón, pensaba: “Que clase de
educación en Internet y en las Redes Sociales han recibido estos chicos y estas
chicas?
Y es que los resultados en la
inmensa mayoría de casos eran grotescos. De entre la enorme cantidad de
curriculums que gestionaba cada mes, se podía salvar uno o dos por los pelos.
Había de todo: personas poco, medio o muy preparadas. Personas incluso con dos
carreras y con muchos años de experiencia. Pero todos y todas se olvidaban de
algo fundamental. De nada sirve tener un currículum vitae excepcional si no
tenemos cuidado de mantener una correcta imagen digital en Internet.
Marta era muy consciente de que
cada curriculum que no pasaba su filtro significa la ruptura en seco de las esperanzas y sueños de los
candidatos y de sus familias. Cada día era testigo directo de los dramas que se
sucedían en su barrio debido a la actual situación del mercado laboral. Pero no
podía pasarle como válido a su jefe un currículum de un candidato o candidata
que tuviese una marca negativa en la red. No podía pasarle el currículum de
Juan Pérez, licenciado, tres idiomas y al buscar su nombre en Google, aparece
el tal Juan Pérez evidentemente en estado de embriaguez, un día de fiesta con
sus amigos semidesnudos alrededor de una piscina. O encuentras a la recién
diplomada Cristina Hernández de botellón con las amigas, con los ojos rojos como el fuego. O en el peor de los
casos encuentras a Perico de los Palotes en el exhibicionista y repetido hasta
el infinito posado ante el espejo del cuarto de baño, luciendo pectorales.
Y vosotros me diréis: Es que el
actual mundo profesional no funciona de esta manera que nos explicas.
-
EKKKKK! Error.
La mayoría de curriculums que se
envían a las empresas acaban tal cual antes habéis leído, con una simple
búsqueda en Google, que todo lo sabe y todo lo conserva bien fresquito.
Bajamos de nuestro super-avión y
en seguida nos dan la bienvenida a Móvilandía con un refrescante zumo tropical. Es el primer contacto de los más pequeños con el mundo de los teléfonos móviles y los Smartphones. Esta parada del viaje va
a ser muy importante.
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