Internet mató a la estrella de la televisión.

A medida que busco información relacionada con el ciberacoso, los padres, las #TIC , los menores, etc,…me voy dando cuenta de que entre la realidad presentada en la red sobre este tema y la realidad offline, existe una brutal diferencia. Mientras "Expertos" (Curiosa denominación para trabajar con un medio hipercambiante en constante evolución) y "Entendidos" del Social Media divagan sobre las #TIC, sus beneficios y sus consecuencias, en la mayoríade hogares las famosas Tablets navideñas están ya castigadas por la pura desesperación de los padres o están ejerciendo el papel de hipnótica “niñera” de los más pequeños.

Hoy tenía pensado comenzar aescribir sobre los amados/odiados videojuegos, pero reflexionando un poco he llegado a la conclusión de que antes deberíamos retroceder un poquito y abordar primero otro tema más básico, la televisión.

Tengo 39 años, soy de lageneración del Osito Misha y de los Barbapapás, no entiendo la televisión actual. ¿Os habéis parado a pensar en los contenidos que "engullen" y en los impactos que reciben nuestros hijos a través de este medio de información? No podemos haceruna criba de toda la parilla televisiva, es imposible. En cada hogar debenexistir unas normas y reglas básicas respecto a la utilización de este decadente electrodoméstico. Si la televisión mató a la estrella de la radio, en mi casa; Internet ha matado a la estrella de la televisión. Recuerdo claramente la hora de la cena con mis padres, en familia; comentando las noticias del telediario. Hoy en día es simplemente esperpéntico conectar el televisor cenando con tus hijos. El dia que decidí defenestrar definitivamente la TV fue un día en el que tras ver una noticia junto a mi hijo desde el sofá, no supe ni pude responder a sus preguntas. En la noticia en cuestión emitida hace un par de semanas durante un telediario de la televisión pública, se “informaba” sobre una serie de violaciones y asesinatos de mujeres que se están cometiendo actualmente en la India. En las imágenes se podia ver a un grupo de personas revoloteando como buitres alrededor del cadáver encapuchado de una mujer colgado de un árbol. En ese preciso momento le dimos la extremaunción y apagamos definitivamente el televisor.

Walt Disney dijo una vez que por cada risa debe haber una lágrima. Lo siento pero  yo soy más de Peter Pan que de Bambi, prefiero proteger la risa de mi hijo y evitar sus llágrimas. Papá, Mamá; fórmate para educar compartiendo, comparte la educación #TIC con tus hijos para prevenir y protegerlos.

No podemos hablar del mundo de los videojuegos o de los posibles compartimientos violentos derivados de éstos, cuando los niños tienen de referencia a Stewie Griffin y ven en Discovery programas del tipo: Embargos a lo bestia. No podemos hablar de educación y respeto mientras haya niños que de camino al colegio exclamen entre sus compañeros: ”Yo no limpio pescado”, o representen entre ellos esa “shakesperiana” escena que nos presenta una pareja realizando una apología de la violencia doméstica pura y dura:

-Hombre:  Putón!

-Mujer: Gañan!

(Toda la escena se representadelante de los niños que incluso participan activamente con irónicos e ingeniosos comentarios).

Los padres/madres debemos hacerun acto de reflexión y apagar definitivamente la estrella de la televisión. Por un 5% de contenido del que los menores pueden extraer algo positivo, existe un 95% de contenido completamente aberrante, destructivo y dañino para los más pequeños. Para poder luchar en el futuro contra delitos como el Grooming, el Ciberacoso, Maltrato, debemos comenzar a asentar una base fuerte desde el hogar, compartiendo nunca prohibiendo. Educando pero limitando. 

Aprovecha las oportunidades quete ofrece la red. Busca contenidos que se adapten a las necesidades e inquietudes de todos los miembros de la familia. No perdáis el tiempo, es hora de crear nuestra propia parrilla televisiva con contenidos extraídos de la red. No os perdáis las novedades con las que la industria de la comunicación quiere captar nuevos clientes para el consumo de televisores, más grandes todavía y muchísimo más caros.